QUERIDOS REYES MAGOS - Sarah Degel


Queridos Reyes Magos,
Muchas son las cosas que me encantaría pediros, pero tal y como están las cosas hoy día y viendo que la crisis llega a todos lados, seguro que a vuestras familias también, así que voy a ser buena chica (como lo vengo siendo CASI todo el año) y no voy a pediros cosas demasiado excesivas para dar oportunidad a los demás.
Me gustaría pediros primeramente un mundo sin crisis, sé que es complicado pero está teniendo consecuencias demasiado graves. También me gustaría pediros que convencierais a todos aquellos que tienen tanto dinero y lo derrochan a mansalva, que se lo den a los más desfavorecidos y no tengamos que ser los que tenemos una economía algo ajustada los que intentemos ayudar a estas personas, ya que no nos da para todo.
Os pido trabajo, mucho trabajo, no solo para mí, que desde que salí de la Universidad no me han dado lugar a demostrar mi valía, sino para todos aquellos que se han viso arrastrados al paro de una manera u otra y no tienen ni cómo alimentar a sus familias, yo, al menos sigo resguardada bajo mis padres y no puedo quejarme.
También me gustaría pediros que la hipocresía que cada vez va extendiéndose por el mundo y haciendo de las personas, gente desconfiada, deshonesta, intolerante y egoísta; empiece a mermar, que las personas piensen en otras y vean más allá de sí mismas; cada vez es más complicado encontrar buenas personas, aunque es otra cosa que personalmente no puedo quejarme, pues estoy rodeada de bastantes personas buenas, ¡gracias!
También me gustaría pedir por la ignorancia, que en estos tiempos no debería de ser tanta y que, ahora a cuenta de la crisis y de los chicos que todo les da igual, cada vez menos terminan el colegio. No seáis tontos, el colegio hay que terminarlo y estudiar mucho para aprender, pues cuánto más ignorante es uno más pueden controlarlo.
Para concluir, aunque estoy segura de que me he dejado demasiadas cosas en el tintero (algo tendré que dejar para pedir el año que viene así que…), me gustaría pedir que los sueños de las personas se cumplieran, incluidos los míos que no son muchos: encontrar trabajo, irme a vivir a Madrid y publicar mi libro. Porque aunque parezca mentira, los sueños nutren a las personas y son grandes motivos por y para los que vivimos, porque sin los sueños, la vida no tendría sentido y si la vida no tiene sentido, tampoco lo tiene vivir.
Sin más, me despido atentamente con muchas ganas de que algún pedido de mi carta se cumpla y si no pudiera ser, el año que viene volveré a pedirlo y al siguiente y al siguiente, porque la perseverancia siempre da sus frutos.

Su atenta seguidora,

Sarah Degel