martes, 14 de febrero de 2012

EL AMOR DE MI VIDA - Sarah Degel

Deslizo mis dedos sobre su rostro angelical. Tiene el pelo alborotado, los ojos grandes y negros, la boca pequeña y un gracioso lunarcillo en la punta de la nariz.
Está tumbado con su cabeza sobre mi regazo, medio adormilado. Comienzo a acariciar su cabello y recuerdo cómo hace cinco años lo vi por primera vez y al instante supe que iba a ser el amor de mi vida. Tan puro, tan lleno de vida… lo amé desde el primer momento porque enseguida supe que él no me iba a abandonar, que por él iba a ser capaz de hacer cualquier cosa y que me iba a alegrar la vida cada segundo que pasara a su lado. Al día de hoy aún no me lamento.
Dejo de revolver su cabello y le insto a que se levante.
 -Amor, levántate ya. Mira que horas y aún no hemos desayunado.
No contesta, debe de haberse quedado profundamente dormido con mis caricias. Levanto suavemente su cabeza y me levanto. Voy a la cocina a preparar un desayuno especial. Hoy es el día de San Valentín y no encuentro una persona mejor con quien celebrarlo.
Hago un par de zumos naturales de naranja, saco unos cereales y preparo dos tazas con leche. Busco un tarrito y en el salón encuentro un par de rosas de plástico que coloco en el improvisado jarroncito. Saco un par de bombones que he estado reservando celosamente para este día y coloco todo en una bandeja junto a un paquetito envuelto en papel charolado color rojizo.
Vuelvo a la habitación cargando con la bandeja que coloco sobre la cama.
-Despierta, hoy es un gran día: un desayuno delicioso y un regalo.
-¿Un regalo para mí?
-Claro, hoy es San Valentín, el día del amor. Y hay que celebrarlo con la persona que más quieres y esa persona eres tú –le extiendo el paquete que coge enseguida entre sus manos y lo abre sin piedad.
-Gracias mamá, yo también te quiero mucho –me abraza mientras sujeta fuertemente el osito de peluche.